viernes, 24 de julio de 2009

"Fe de Radio" evoca a Eva Perón


A los que nos gusta la historia y nos apasiona la Argentina hay figuras que logran conmovernos, no importa cuantas veces leamos sobre ellos, no importa cuantas veces escuchemos sus discursos en viejas grabaciones. Creo hablar en nombre de todos los componentes de "Fe de Radio" cuando digo que la figura que más nos conmueve es la de Eva Duarte de Perón, o simplemente nuestra Evita.

Hoy queremos recordarla con un trabajo que Fe de Radio y la Agencia Cooperativa de Prensa hicimos ya hace algún tiempo.

La Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón y la salud de los argentinos
Por Félix Daniel Barrios

El mes de junio parece estar determinado para que el justicialismo tenga momentos intensos y también nuestro país. Está el demencial bombardeo a la Plaza de Mayo, en 1955, los no menos bárbaros y demenciales fusilamientos de 1956.

La llegada del movimiento justicialista al poder en 1946 significó un cambio revolucionario en muchos aspectos, y el ámbito de la salud fue uno de ellos. A la acción del ministro de Salud, doctor Ramón Carrillo, se sumó la tarea de una institución quizás no del todo reconocida: la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón, más conocida y recordada por todos como la “Fundación Evita” o simplemente “la Fundación”, entidad que tenía como alma y motor a la propia Eva de Perón, quien no desempeñó un simple papel decorativo, como otras tantas “primeras damas”, sino que desde un primer momento participó en la revolución que estaba poniéndose en marcha con un rol que sería fundamental para los todos argentinos. Si bien desde días antes de la asunción de Perón como presidente, el 4 de junio de 1946, ya se venían realizando obras de asistencia a los más necesitados, la tarea de la Fundación sería determinante.
El 19 de junio de 1948, poco después del acto de inauguración del Hogar de Tránsito Nº 2, se anunció que se había constituido la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón. La obra de atención a los necesitados que la misma Evita venía realizando en una pequeña dependencia de la residencia presidencial tomó así carácter orgánico, y el 8 de julio de 1948, el decreto 20.564 le otorgó su personería jurídica.

En el estatuto de la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón se establecía como objeto de la misma: el prestar ayuda pecuniaria o en especies, facilitar elementos de trabajo, otorgar becas para estudios universitarios y especializados a toda persona que carezca de recursos que así lo solicite y crear y/o construir establecimientos educacionales, hospitalarios, recreativos o de descanso, entre otras tareas.

Tal como lo expresara Eva Perón en una nota publicada en el diario “Democracia” en agosto de 1948, la Fundación tenía como lema “Ayuda social sí, limosna no”, y buscaba retribuir a los excluidos aquello que se les había negado durante años: el derecho a la salud, a la vivienda digna, a la educación y al vestido. La obra de la Fundación consistía en acompañar al Estado en aquellos puntos a los que éste todavía no podía llegar, “cubrir lagunas” dando respuesta inmediata a las necesidades de los humildes.

Y así fue que Eva Perón, a través de su Fundación, ayudó a satisfacer las necesidades educativas, sanitarias y sociales de una importante parte de la población. En materia sanitaria, creó los Policlínicos Regionales de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Mendoza, Neuquén, San Luis, Santiago del Estero, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos; y los Policlínicos “Presidente Perón” (en Avellaneda), “Evita” (en Lanús), “22 de Agosto” (en Ezeiza), “Presidente Perón” (en Catamarca), y “Policlínico de Lactantes y Epidemiología” (en Capital Federal). También fueron obra de la Fundación la Clínica de Recuperación Infantil de Terma de Reyes, Jujuy; el Instituto de Quemados de Capital Federal; y el Hospital de Clínica y Cirugía Torácica de Ramos Mejía. También funcionó desde 1951 el Tren Sanitario, que recorrió numerosas provincias prestando asistencia sanitaria.

Además, por iniciativa de la Fundación, y siguiendo el “Plan Analítico de Salud Pública” ideado por el doctor Ramón Carrillo, se creó la Escuela de Enfermeras, que se inauguró el 15 de septiembre de 1950. Esta institución permitía el ingreso de 1.500 estudiantes (el doctor Carrillo estimaba que faltaban 20.000 enfermeras profesionales para las necesidades sanitarias del país) que cursarían dos años de carrera y tendrían la posibilidad de hacer un posgrado de dos años más. Las aspirantes que tuviesen problemas económicos recibirían un subsidio del Estado para completar sus estudios.

Las egresadas de la Escuela de Enfermeras no sólo cumplieron su labor en los centros de Salud de la Fundación sino que también colaboraron en gran cantidad de campañas como, por ejemplo, las que se realizaron para erradicar el paludismo y el Mal de Chagas.

Se estima que un total de 14.000 personas trabajaron en la Fundación: médicos, maestros, obreros de la construcción y hasta 28 sacerdotes recibían sueldo. La Fundación distribuía más de tres millones anuales de juguetes y libros, además de repartir más de un millón y medio de sidras y pan dulce para las fiestas de fin de año.

La solidaridad de la Fundación no se quedó dentro de nuestras fronteras, ya que la asistencia llegó a las víctimas de terremotos en Ecuador y Perú; a los países europeos asolados por la Segunda Guerra Mundial; al recién constituido estado de Israel, lo que motivó el agradecimiento de Golda Meier, ministra de Trabajo de ese país, quien visitó la Argentina en 1951 (según el historiador Raanan Rein, todavía quedan en hospitales del norte de Israel algunas frazadas con el sello de la Fundación); a nuestra Madre Patria España, que sufría los estragos de la Guerra Civil; a países tan lejanos como Japón, Siria, Turquía o Noruega; y hasta hubo una inesperada donación de ropa de abrigo para 600 niños negros de Washington, que provocó la incomodidad del presidente Truman y que el periódico The New York Times tituló “Un obsequio de la señora Eva Perón agita a Washington” (Henry Dearboon, funcionario del Departamento de Estado norteamericano, escribió: “Temíamos que Moscú aprovechara esa donación para desacreditar las condiciones de vida de los norteamericanos”).

Pese a que con el fallecimiento de Eva Perón, ocurrido el 26 de julio de 1952, la Fundación perdió su principal motor, sus tareas continuaron. El golpe de 1955 intentó desvirtuar su acción buscando algún ilícito en sus cuentas, pero no pudieron hacerlo. El doctor Ramón Cereijo, administrador y apoderado de la Fundación, detalló minuciosamente todos los movimientos financieros, desde su capital inicial (una donación de $10.000 que hizo el propio presidente Perón) hasta todos y cada uno de los $ 2.900.000 con los que contaba la Fundación en septiembre de 1955, además de un pormenorizado informe de cada uno de los pesos gastados en la construcción de escuelas y hospitales, y un registro detallado de todas las licitaciones (aún las hechas de urgencia para atender varias catástrofes en nuestro país y en el mundo). La transparencia de las cuentas de la Fundación no impidió que los hombres de la mal llamada “Libertadora” destruyeran frazadas, ropa, calzado y juguetes que los más necesitados de nuestro país esperaban, sólo por tener una inscripción que los identificaba como de la Fundación Eva Perón.

Gracias a esta etapa, las clases más humildes de la Argentina comprendieron que la ayuda social es un derecho y no simplemente migajas otorgadas por quienes ejercen el poder según su estado de ánimo o sus necesidades electorales.

Las obras de la Fundación:

Hogares de Tránsito. Ideados para atender las necesidades habitacionales de madres solteras, abandonadas, familias numerosas, ancianos, inválidos, inmigrantes y otros casos.

Atención de los mayores. La Fundación se preocupó por atender “la salud física y moral” de los mayores (tal como lo describía Eva Perón en su “Decálogo de la Ancianidad”) y para ello construyó Hogares de Ancianos, pero no con una función de “deposito de ancianos” sino como centros de atención con actividades laborales y de esparcimiento. Además, estableció un conjunto de pensiones por vejez a quienes lo necesitaban. Más de 2.300 ancianos encontraron un lugar donde vivir gracias a esta obra.

Hogares Escuela. Se construyó una veintena de Hogares Escuela para atender a los niños que fueran abandonados por sus padres o que tuvieran problemas económicos o sociales.

Deporte y Salud. Los Campeonatos Infantiles “Evita” y los Torneos Juveniles “Juan D. Perón” sirvieron para la difusión de la práctica de las actividades deportivas y para que el Departamento Médico de la Fundación, sumado a la tarea del Ministerio de Salud, pudiera hacerle un chequeo médico a los participantes. De 20.000 deportistas inscriptos en 1949 se llegaron a 120.000 en 1951 y 1952.

Plan Agrario. El lema “Sembrar, sembrar, sembrar” fue el eje de esta campaña del año 1952, que empleó 170 tractores, 179 arados, 125 sembradoras y cientos de máquinas agrícolas. El plan incrementó la siembra de trigo y operó en conjunto con el 2º Plan Quinquenal.

Ciudad Infantil. Construida en el barrio de Belgrano, de Capital Federal, estaba diseñada para enseñar en forma didáctica a los niños el funcionamiento de una gran ciudad. También podía albergar a contingentes del interior del país.

Hogar de la Empleada General San Martín. Para albergar a las empleadas solteras que trabajaban en Capital.

Ciudades Universitarias. En Córdoba y Mendoza se establecieron viviendas para los estudiantes de otras localidades y comedores universitarios en varias localidades.

Proveedurías. 181 puntos de venta con el propósito de contribuir al abastecimiento de productos de primera necesidad a bajos precios para la familia trabajadora.

Plan 1000 escuelas. Para colaborar con el Estado, la Fundación encararía la construcción de establecimientos educativos que serían transferidos al Estado una vez concluidos.

Turismo Social. Se construyeron complejos turísticos en Uspallata, Chapadmalal y Embalse Río Tercero.

Viviendas. 25.000 familias consiguieron viviendas en los barrios Presidente Perón y Ciudad Evita.

Trabajo. 13.000 mujeres consiguieron empleo gracias a la gestión de la Fundación en los dos primeros años de la obra.


“Yo no hago otra cosa que devolver a los pobres lo que todos los demás les debemos, porque se lo habíamos quitado injustamente”.

EVA PERON

2 comentarios:

Yo con apenas 16 años, fui una de las mas jovenes enfermeras egresadas de la Fundaciòn, trabajando en el entonces Policlinico Evita, puedo dar fe de todo lo que esa Escue4la de 1er. nivel nos enseño, hoy tengo 73 años y aùn tengo en cuadro cuando el Gral. Peròn me entregò el Diploma en el año 1955, meses antes de la repudiable revolucion libertadora, asesinos de un pueblo inocentes, cobardes y mal nacidos, que escaparon despuès del bombardeo como ratas al Uruguay, y luego recibidos por la oligarquia y los que comian santos y defecaban diablos, entonces los diarios opositores como siempre los nombraba triunfadores, como el fusilamiento de obreros en Jose Leòn Suarez. Peronistas tengamos memoria de lo que fue el verdadero peronismo de la època QUE LES MENCIONO. cariños y adelante.

Betty, si podes y tenes ganas comunicate con nosotros a cooperaprensa@gmail.com . somos biografos de Carrillo y de la Fundación y nos gustaría tener tu testimonio.

Muchas gracias,
Daniel

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